Si circulan menos de la mitad de trenes, podrían ser el doble de largos. Un razonamiento simple pero, por lo visto cada año, demasiado complicado para los señores de FGC. Y es por esto que, en plena canícula estival, no solo sufrimos tiempos de paso peores, sino que a menudo tenemos que viajar de pie, pasando calor y casi apretados como en el metro en hora punta.
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Supongo que los que deciden esto creen que en agosto todos estamos de vacaciones porque nunca viajan en tren. Además, como no somos turistas del Mobile, sino simples trabajadores...
Sería muy interesante ver cuántos de esos que deciden la gestión de los trenes crean supermanzanas o proponen peajes de entrada a Barcelona utilizan ese transporte público que tanto recomiendan para desplazarse. Aunque, bien pensado, quizá sea mejor no saberlo.