El despilfarro y el derroche de una gran parte de la clase política gobernante es un robo a los ciudadanos, lo que genera pobreza en las clases humildes. Hasta los pensionistas pierden poder adquisitivo.
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A todo esto, el presidente del Gobierno se muestra impasible y nos dice que el nivel de vida está mejorando. Me imagino que se refiere a él y a sus amigos, a sus asesores elegidos a dedo, mientras muchas familias apenas tienen recursos para comer.
No deseamos que el cielo los juzgue: los juzgamos nosotros, el pueblo español. Han creado un país de vergüenza, con más pobres y más millonarios; el segundo país, después de Camboya, en número de desaparecidos; el país donde se prohíbe retirar los signos de la dictadura franquista. Y mientras, la oposición se dedica a pelear por ver quién es el que manda.