Y la mató.
Entretodos
La mató porque creyó que podía hacerlo. Porque nadie actuó antes de que aquello acabara en tragedia. Porque el patriarcado le abrió las puertas y el machismo fue su camino. Porque claro, cómo íbamos a saber que esto ocurriría. Pero ya está. Solo saldrá en la prensa local y en las noticias un par de minutos. No exageremos que tampoco es para tanto. Sentémonos a esperar el siguiente caso. Y seguiremos el mismo manual, cual instrucciones para un aparato electrónico. Lo compartiremos para tener la conciencia tranquila. Nos indignaremos un par de días. Y luego volveremos a nuestra normalidad patriarcal. Porque ni A ni B volverán. Porque ni C ni D cumplirán todo aquello que las mantenía en vida. Porque a E y a F, se les hará un homenaje. Eran buenas personas.
Mientras que G y H entrarán, si no terminan con sus propias vidas antes, en la cárcel. A I y J les dirán que su condena es justa. En cambio, a K y L que la suya es equiparable al daño causado. Arrebatar una vida. A M, N Y Ñ que su condena responde al dolor que han dejado a los seres queridos. Y a O y P que los niños vengan a verlos. Que solo les quitaron a su madre. Pero que él tiene todo el derecho sobre ellos.
Q, R, S, T, U, V, W, X, Y, Z, tú y yo, seremos espectadores de esta gran obra de teatro.
Lo siento por todas esas mujeres maltratadas. Perdonadme. Perdonadme que hayamos normalizado tanto vuestra y nuestra lucha. Perdonadme por no daros el lugar que realmente os merecéis. Ojalá y las luchas ya no sean en vano. Ojalá os demos voz a todas. Ojalá ni una más. Ojalá ni una menos.
Perdonad.