Cada año, las películas y los anuncios nos venden navidades perfectas. Familias reunidas, regalos espectaculares, un banquete digno de premios, decoraciones espectaculares... Vaya, que si tu Navidad no tiene estos elementos, no es una auténtica navidad.
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No obstante, la realidad es muy distinta. Algunos pasamos las fiestas en el hospital, y no por eso es una navidad triste. Es más, creo que es la Navidad más real que existe. Ver cómo en un ambiente emocionalmente duro y difícil la magia surge de todos, y la familia de verdad, la real, se une. La Navidad es una actitud y contagiar esta magia y alegría es lo único por lo que deberíamos preocuparnos.