Mi padre, dentista de 63 años, ha de atender urgencias con mascarillas de papel y el uniforme de toda la vida. Sí, sin máscara FFP3, guantes de caña larga, gafas de cobertura completa, etc. Hablamos mucho de los hospitales y la falta de material, pero, ¿alguien ha oído hablar del sector odontológico que también pertenece a salud?
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Ellos está tratando urgencias a pacientes que les están echando literalmente el aliento a la cara. Además del riesgo que comporta trabajar a boca abierta con esos instrumentos que hacen saltar, volar y flotar la saliva por todos lados. ¿Estáis familiarizados con el mortal concepto de carga viral? De miedo y de película de terror.
Los olvidados dentistas son uno de los colectivos que más se tendría que proteger y nadie dice nada. Han pedido ayuda a los gobiernos y nadie se preocupa de ellos. Ellos en cambio sí han ofrecido todo su material a los hospitales.
¿Tenemos que esperar a que ocurran desgracias para reaccionar? Porque mi padre, como profesional y ser humano, no va a dejar a nadie desatendido y seguirá atendiendo a todos los pacientes que le pidan ayuda.