Se ha especulado mucho sobre el futuro de Leo Messi, pero el astro argentino siempre se ha mostrado reservado al respecto. Últimamente se le veía cabizbajo, desilusionado, contrariado y desmotivado con la marcha del equipo y con su propio rendimiento. Sin embargo, su extraordinaria calidad ha salido a relucir en Granada, logrando firmar un gran partido y un doblete que le ha servido a su equipo para vencer por un rotundo 4-0, recuperar la autoestima y volver a los puestos europeos de los que había estado alejado muchas jornadas.
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Messi, por fin, se ha decidido a hablar, y lo ha hecho como mejor sabe: perforando la portería contraria y devolviendo a su equipo la confianza necesaria para aspirar a todo. En un gran partido, repleto de juego, de asistencias y de goles, ha vuelto a demostrar el enorme jugador que sigue siendo, decisivo para que su equipo funcione, hablando en el campo con un lenguaje diáfano, preciso y rotundo que todo el mundo entiende y que se manifiesta en jugadas maestras y en goles admirables que se recordarán eternamente.