El 9-N, a pesar de poseer sombras delictivas, es un instrumento para despejar el futuro sociopolítico de Catalunya. La mayoría, dos tercios de la población, con su abstención han dicho 'no' a la secesión de Catalunya.
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Tras el 9-N, ¿qué crees que deben hacer los líderes políticos?
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Si el Gobierno de la Generalitat con sus socios sigue empeñado en el camino de la secesión, no obedece a su pueblo sino solo a su obsesión. Un gobierno no puede ir contracorriente de su pueblo. Si lo hace, no cumple su función de gobernar y debe ser automáticamente inhabilitado.