El trabajo a jornada completa, las responsabilidades en casa, la necesidad de invertir tiempo en familia y con amigos y de dedicar al menos unas horas a la semana a nuestras aficiones y pasiones… Si ya es complicado dedicarnos tiempo a nosotros mismos, ¿cómo podemos plantearnos traer al mundo a un niño? Si tenemos que renunciar a nuestras aficiones y pasiones, ¿cuándo empezamos a darnos cuenta de que nos hemos perdido a nosotras mismas? Y esta frustración se refleja en los conflictos en casa, la irritabilidad, el estrés, etc.
Entretodos
Esto no nos pasa a todas, claro, pasar la maternidad estando frustrada tiene una solución: el tiempo, que va siempre ligado al poder adquisitivo. Sí, la maternidad no es solo parir, es hacerse a la idea de que tu vida, tal y como estabas viviéndola, va a cambiar. Y es lo que hay, porque no se puede tener todo. Plantearse esto más pronto que tarde nos ahorrará tener que hacer algo que, de haberlo sabido, no habríamos hecho.