No creo que el presidente del gobierno español sea insensible, y menos aún ante el problema catalán. Lo que pasa es que no se sentará a dialogar mientras su táctica le siga dando réditos. Rajoy tiene una palabra fetiche: “Disparate” (dicho o hecho totalmente absurdo, equivocado o carente de lógica o sentido). ¿Le habrá pasado por la cabeza que, cuando pide a los “radicales” que se dejen de disparates y se moderen, él mismo se convierte en un radical por usar la palabra “disparate”? Claro que sí, pero machacar a los adversarios puede hacer ganar un buen puñado de votos.
Entretodos
Cuando el accidente del 'Prestige', la nefasta gestión del gobierno provocó una desastrosa marea negra en Galicia. El entonces vicepresidente y portavoz, Mariano Rajoy, la calificó de “cuatro pequeños hilitos con aspecto de plastilina” y acusó a la oposición de aprovecharse para intentar machacar al gobierno. Encubrir a los amigos puede evitar perder un buen puñado de votos. ¿Le pasó por la cabeza que esas palabras lo convertían en un maestro del disparate? Claro que sí: es inmoderado pero no insensible.