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Mariano Rajoy, maestro del disparate

Rajoy en el acto del PP en Palma de Mallorca. / EFE (CATI CLADERA)

No creo que el presidente del gobierno español sea insensible, y menos aún ante el problema catalán. Lo que pasa es que no se sentará a dialogar mientras su táctica le siga dando réditos. Rajoy tiene una palabra fetiche: “Disparate” (dicho o hecho totalmente absurdo, equivocado o carente de lógica o sentido). ¿Le habrá pasado por la cabeza que, cuando pide a los “radicales” que se dejen de disparates y se moderen, él mismo se convierte en un radical por usar la palabra “disparate”? Claro que sí, pero machacar a los adversarios puede hacer ganar un buen puñado de votos.

Cuando el accidente del 'Prestige', la nefasta gestión del gobierno provocó una desastrosa marea negra en Galicia. El entonces vicepresidente y portavoz, Mariano Rajoy, la calificó de “cuatro pequeños hilitos con aspecto de plastilina” y acusó a la oposición de aprovecharse para intentar machacar al gobierno. Encubrir a los amigos puede evitar perder un buen puñado de votos. ¿Le pasó por la cabeza que esas palabras lo convertían en un maestro del disparate? Claro que sí: es inmoderado pero no insensible.