He asistido a la representación de 'Mamma Mia' en el Teatro Tívoli. He recibido un correo en el que solicitan que puntúe del 1 al 10 el espectáculo. Lo atendí extendiéndome con una queja que no han atendido. La valoración del espectáculo en sí me merece un 10, aunque todo lo que rodea a la función merece un cero. ¿Motivos?
Entretodos
1. Para obtener un mínimo programa de mano donde identificar a actores y técnicos hay que pagar un euro.
2. Para acceder al segundo piso no hay ascensor para personas con movilidad reducida.
3. En esa zona se permiten palomitas y bebidas.
4. Como consecuencia del anterior punto, el estado del piso queda lamentable y con un olor nauseabundo El arte del teatro merece un respeto, y allí se debe ir comido y bebido. Bastante hay que aguantar ya en los cines multisala.Esto no es el circo, ni el fútbol, ni los toros, y confio en que no se les ocurra vender también frankfurts o bocadillos de calamares.
5. La calefacción es insoportable en esa parte superior de la sala adonde va a parar toda la respiración y la energía del numeroso público que, al ser un espectaculo participativo, vive la función a tope, incluso bailando y esto repercute en el ambiente.
Cuando me quejé, se me dijo que el tema alimenticio estaba impuesto por la empresa para aumentar beneficios. En la anterior obra de Darín esto no se permitió. ¿Es que Nina y el musical merecen menos respeto?