Mi madre ha sido convocada como segunda vocal a cargo de la mesa electoral durante las elecciones al Parlament de Catalunya del 14 de febrero.
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Es indignante que, de nuevo, los políticos demuestran egoísmo ante la ciudadanía y el mero interés propio. La primera alarma y crítica es la imposición a la ciudadanía de custodiar una urna a la que acudirán colectivos en cuarentena, contagiados, contactos estrechos y posibles sospechosos. Es decir, a mi madre se le obligado a vestirse con un EPI de alta seguridad para garantizar, según ellos, unas votaciones seguras.
La segunda alarma y crítica, improvisación de nuevo al permitir que todos los contagiados salgan a la calle el mismo día, se junten y paseen por las calles para ir a votar. Discúlpenme las palabras, pero el ciudadano no es idiota. Es evidente que no es el momento de tener a todos los infectados reunidos en colegios ni centros electorales. Y, sobre todo, no es el momento de imponer a la ciudadanía que den la cara por los políticos.