Emmanuel Macron y su Gobierno están contra las cuerdas. Alarmado ante el cariz que va tomando la protesta de los “chalecos amarillos“, el presidente francés decidió el día 5 de diciembre dar un paso más en las concesiones y anunció que la ecotasa de los carburantes no se aplicaría en todo el año 2019.
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Macron ve con preocupación cómo nuevos colectivos se están sumando a la ola reivindicativa, como los estudiantes, y otros -los agricultores y los camioneros– amenazan con hacerlo en breve.
Además de olvidarse de momento de la ecotasa, el Gobierno se plantea reintroducir el impuesto sobre la fortuna (ISF), una de las primeras medidas, y de las más polémicas, que adoptó Macron tras llegar al Elíseo. Los "chalecos amarillos" exigen este impuesto por razones de justicia social. El presidente siempre había sostenido que la eliminación del tributo no era un regalo a los ricos, sino un modo de incentivar la inversión.
Los bloqueos de tráfico de los "chalecos amarillos" continúan, así como la protesta de los alumnos de enseñanza media. Centenares de gasolineras tienen problemas de abastecimiento por los bloqueos de los depósitos de combustible. Los efectos económicos de las protestas están siendo muy serios.