La realidad de aquellos que trabajamos de cara al público solo la pueden entender los que también se dedican a ello. Trabajar de cara al público es, muchas veces, un trabajo intensivo de empatía y paciencia. A los clientes muchas veces se les olvida que la gente que está detrás de la barra, o detrás de un mostrador son personas como ellos, con sus vidas, y que se merecen el mismo respeto que cualquier otro.
Entretodos
Tengo la sensación de que a mucha gente a veces se le olvidan todas estas cosas y nos tratan como si fuéramos máquinas, robots sin sentimientos. Tan solo pedimos un "buenos días", un "gracias" o una sonrisa. No nos olvidemos de que todos somos humanos y que con solo pequeños gestos podemos hacer que el día sea mejor.
Es esencial no perder los buenos modales, la empatía y el saber estar para poder convertir esta sociedad fría en un lugar más cálido y agradable para todos.