Parece que ya hay acuerdo para prorrogar el que dicen va a ser el último estado de alarma. Mejor. Así nos evitaremos el triste espectáculo de ver a sus señorías compitiendo en los malos modos, con los colaboradores del programa 'Sálvame' de Telecinco, en el que cada tarde se dedican a hurgar en las vísceras de aquellos que por dinero no tienen ningún reparo en acudir a contar sus miserias.

En ese programa los colaboradores cobran por su trabajo, también les pagan muy bien por tirarse los trastos a la cabeza. Es su forma de ganarse la vida, pero no tiene mayor trascendencia que el ser un programa de entretenimiento con el cuál muchas gentes pasan tardes divirtiéndose con los gritos y lloros de los que acuden allí con el propósito de aliviar su economía.

Pero en el Congreso de los Diputados hay una pequeña diferencia: los que ocupan los escaños, es decir, sus señorías, de quien cobran es de nosotros, y nosotros no pagamos para que nos diviertan parodiando programas de televisión, y mucho menos, cuando lo hacen usando un lenguaje tabernario como el que emplearon en el pasado pleno. Los políticos están para solucionar los problemas a los ciudadanos, desgraciadamente, y con sus malos modos, lo único que hacen es agravarlos.