Una filosofía de la democracia basada en la lógica de la secesión no podría funcionar, ya que incitaría a los grupos a separarse en vez de entenderse y acercarse.
Entretodos
El ideal democrático alenta todos los ciudadanos de un país a ser leales entre sí, más allá de las consideraciones de la lengua, raza, religión o pertenencia regional.
En cambio, la secesión pide a los ciudadanos que rompan esta lazo de solidaridad que los une y que procedan así, casi siempre, sobre la base de pertenencias específicas a una lengua o una etnia. La izquierda española (Podemos) considera que un referéndum es un remedio democrático, eso es sencillamente apoyar la secesión.
Un referéndum de independencia es algo inmoral, poco democrático y nada progresista. Porque lo que se plantea es si una región rica tiene derecho a desvincularse del cuidado solidario del Estado que comparte con regiones en su mayoría más pobres y si tiene el derecho de convertir en extranjeros al resto de los ciudadanos del Estado.
Los líderes políticos separatistas pretenden que Catalunya sea una colonia o un pueblo que sufre grandes violaciones de su libertad y derechos. Algo, que menos sus fieles creyentes, ciudadanos separatistas, no comparten ni la mitad de los catalanes y el resto de ciudadanos del mundo se lo cree. No es más que usurpar a la verdad. Es un insulto hacia aquellos pueblos del mundo que sí sufren estas penosas circunstancias.