Encapuchados asaltando vallas, incendios en Barcelona, invasión del aeropuerto, comercios quemados, conductores y pasajeros atrapados... Tan solo 48 horas después de la sentencia y las conversaciones y el foco de atención ya han cambiado de signo. ¿Está el independentismo perdiendo en esta ocasión la batalla de la imagen y del relato?
Entretodos
Ya no puede aplicarse la famosa frase de que en las manifestaciones independentistas no se ha quemado ni una papelera. Ahora nos retrotrae a la época de la kale borroka en el País Vasco protagonizada por elementos radicales del independentismo vasco, pero con una gran diferencia: en el País Vasco nunca estuvieron apoyadas ni alentadas por el gobierno autonómico. A día de hoy ni un mensaje de la Generalitat pidiendo el fin de estos actos, ni un mensaje de apoyo a los Mossos atacados. A esto se le une el apoyo a los detenidos del CDR por preparar artefactos explosivos.
Por supuesto, la gran mayoría de manifestantes independentistas son pacíficos, pero el no reconocer y condenar que hay elementos violentos y que estos están protagonizando actos lamentables lleva a la Generalitat y a los partidos que la sustentan a equipararse a la Batasuna de años pasados.
Estamos esperando a que alguien de un paso al frente y quiera ser el PNV. A largo plazo el que tenga el coraje de desmarcarse de las posiciones maximalistas de la ANC, los CDR y elementos más radicales del independentismo será recompensado por el electorado pero tienen que tener valor para hacerlo sin miedo a ser señalados desde esos sectores como 'botiflers' o tibios.