Hace no tanto tiempo salíamos a los balcones durante la pandemia para aplaudir la abnegada actuación de todo tipo de profesionales sanitarios. Ahora que están hasta las narices de reclamar -sin resultados positivos- una mejora aceptable y necesaria de sus condiciones laborales, tendríamos que realizar una manifestación multitudinaria de ciudadanos cabreados sumándonos a su justa protesta.
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¿Por qué nunca hay dinero suficiente de nuestros impuestos para asumir esa sanidad digna, de calidad, suficiente y para todos?
¡Ha llegado el momento de bajar del balcón!