En plena crisis del modelo económico neoconservador, cuando los más conspicuos hacedores del mismo (FMI, Reserva Federal USA, OCDE…) han admitido los desmanes cometidos por el ultraliberalismo, y proponen crear impuestos anticovid (antipandemia) que han de pagar las grandes fortunas y las corporaciones económicas beneficiadas hasta ahora por la elusión fiscal y la especulación financiera, la derecha política madrileña sigue defendiendo sin complejos, con absoluto desparpajo y hasta maliciosa alevosía lo contrario. Esto es, la reducción de impuestos directos como baza electoral popular, poniendo en cuestión la base misma del estado social, de derecho y los sistemas de articulación y cohesión social que nos proporcionan los servicios públicos cuando son de calidad.
Entretodos
EL PP gobierna en Madrid desde el 28 de junio del 95. En este tiempo ha llevado a cabo una política privatizadora que supuso la desaparición efectiva de todas aquellos servicios públicos cuya privatización podía ser un negocio rentable (funeraria, educación, comunicaciones, dependencia, seguridad, basuras, agua, y por supuesto, la salud de los madrileños), aportando suelo e infraestructuras públicas para facilitar esa gestión privada, que de inmediato eleva el precio de lo que los madrileños necesitamos, por lo que se deniega el acceso al bienestar a un número creciente de ciudadanos.
Isabel Ayuso, con su estilo desmañado y su victimismo para ocultar su impericia reclama mayoría absoluta para seguir haciendo esto mismo. De los madrileños depende.