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Legitimidad y respeto en un referéndum suizo

Un ciudadano deposita su voto en una urna. / JOAN CASTRO

Hace unos días, el municipio suizo de Moutier ha votado sí a irse del distrito del Bern al de Jura por un ajustado 51,72% de votos. La diferencia entre los síes y los noes fue de 137 papeletas. Y deberían haber visto las portadas de los diarios. Estos días he podido discutir como periodista con varios colegas suizos sobre esta cuestión, pues tengo el privilegio de poder observar in situ desde el 2013 esta confederación pluricultural y multilingue. Como extranjera, tiendes a analizar lo que pasa en el país de acogida a través del prisma de tus propios referentes culturales. Pero aquí ahora formo parte de la mayoría germanófona y me tomé muy en serio los argumentos de mis conciudadanos, los del sí y los del no.

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El llamado conflicto del Jura se arrastra desde hace siglos, es una cuestión a la vez identitaria, lingüística y religiosa que ha levantado pasiones, incluso por parte de las nuevas generaciones, que no vivieron episodios pasados violentos del movimiento separatista en el siglo XX. Vaya, que el asunto podría sonarnos.

Eran tales las pasiones levantadas, incluso el miedo a posibles irregularidades, que para curarse en salud la oficina federal de Justicia reforzó la observación del proceso de votación con más juristas, controlando escrupulosamente y certificando, desde el registro electoral hasta el recuento, cada paso del procedimiento. ¿Resultado? Las portadas de los medios, tanto los ganadores como los perdedores, hablaban al día siguiente de "respeto a la democracia", "el pueblo ha hablado"... Nadie ha puesto en cuestión que el sí ha ganado por un puñado de votos, y todos se disponen ahora a trabajar juntos para implementar los resultados. En televisión, imágenes de emoción a flor de piel, gente llorando de alegría o de pena, pero todos dando una lección de ciudadanía y de 'fair-play' que ya me gustaría ver en Catalunya el 1 de octubre. Envidia sana, garantías y democracia en estado puro. ¿Estaremos a la altura ciudadanos, políticos y periodistas?