"¿Quién fue el primer hombre en la Tierra? ¿Cómo se sube al cielo cuando nos morimos? ¿Jesús tuvo novia? ¿Has besado alguna vez a otra chica que no fuese la mama? ¿Darth Vader existe?"

Estas son algunas de las dudas y preguntas que me plantea mi hija de 6 años. Son preguntas y dudas que sorprenden sobre todo por el momento escogido. Las 6.30 de la mañana. Cuando se despierta viene a la cocina y allí la espero yo preparándole a ella y a su hermana el desayuno mientras me tomo el café con leche e intento sonreír mientras me debato en qué respuesta será la más adecuada a sus preguntas, formuladas en un momento del día en el que la cafeína aún no ha hecho efecto. Estoy por enviarla a una rueda de prensa de Fernando Simón porque estoy seguro de que le formularía preguntas más interesantes que muchos periodistas.

Mis respuestas son del tipo: el primer hombre en la tierra no sé quién pudo ser, pero seguro que tomaba café; al cielo se sube con unas alas grandes pero eso será dentro de mucho tiempo; seguro que Jesús tuvo novia, sería muy guapa y buena; sí, he besado a otras chicas antes que a tu madre, pero ninguna me ha besado como ella; claro hija, yo soy tu padre.

Hoy me ha preguntado si sabía cuándo íbamos a volver al colegio.

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