¿Nadie se ha percatado hasta ahora de que las estufas de gas que se instalan en las terrazas son muy contaminantes, además de poco eficientes como fuente de calor?
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Y ahora viene lo bueno, los y las responsables de nuestro consistorio, tan acertados y acertadas en infinidad de decisiones, han concedido un plazo de cinco años para prohibir su uso. Una medida no solo muy incoherente -si lo comparamos con los tres meses que tienen, por ejemplo, los que están obligados a cambiarse de coche, lo que supone un desembolso no siempre viable de miles de euros- sino también profundamente injusta e insolidaria.
La enhorabuena una vez más a los señores y señoras de la administración municipal.