¿Qué más necesitan los soñadores que se dicen demócratas europeos, pacíficos de buena voluntad que aman la libertad pero ignoran las leyes a que están sometidos como ciudadanos de un Estado democrático que superó, gracias al sacrificio de generaciones pasadas, la prueba de pertenecer al consorcio de las democracias occidentales para que la venda les caiga de los ojos y vean la realidad del engaño a que han sido sometidos?
Entretodos
Lo triste es que viene de lejos y que en el relato han participado personas que se les suponía honradez política y personal, pero que han quedado fehacientemente desacreditadas. Títulos de muy honorable 'president', catedráticos de historia y de derecho que han asesorado al 'procés' y la hoja de ruta. Y que aún, para más desacierto, tratan de deslegitimar la sentencia y el juicio.
Como la honradez no es característica de su personalidad no podemos esperar ni autocrítica ni el silencio dictado por la vergüenza del arrepentido.
¿Cómo pueden esperar que la farsa montada les pueda granjear solidaridad fuera de su círculo de incondicionales?
La libertad y la democracia no son atributos que se pueden retorcer a voluntad para imponer mis intereses en los que subyace un perfil supremacista y xenófobo de baja intensidad.