Desgraciadamente, observar cómo la justicia española se aleja cada vez más de su principio de equidad y de sus valores y se convierte en un instrumento político, es malo. Y lo peor es ver cargadas sus resoluciones de irracionalidadades e insensateces.
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Es triste y muy preocupante para los valores de un Estado que dice ser democrático. Por desgracia, nuestra justicia, en sus estamentos mas altos, sufre un alto grado de politización, debido fundamentalmente a la forma en que se ha compuesto, dependiendo de la política de turno mayoritaria.
Nuestros tribunales se confeccionaron con la mayoría absoluta del PP, de ahí que, por desgracia, hoy sean un instrumento de una derecha que no acepta la libertad y no quiere la independencia judicial. Aunque sus decisiones sean de desprecio a las decisiones de la justicia Europea, a la que, quieran o no, pertenecemos.
Creo que si queremos ser Europa y ser una democracia, la justicia debe volver al independentismo político y no depender de aquellos que los eligieron. Si eso no es así, la justicia se hundirá en su propia destrucción de valores y de equidad, y eso es muy malo para un estado democrático, en el que la ciudadanía elige libremente en las urnas quiénes deben gobernar y representarles.