Por coherencia entre lo que siento, pienso y hago actualmente, he sido dado de alta de tratamiento de una comunidad terapéutica. Para quien desconozca qué es una comunidad terapéutica, es un centro socio-sanitario legalizado y acreditado como tal que pertenece a la red de atención a las drogodependencias de la Generalitat de Catalunya. Después de nueve meses, me han felicitado, me han dicho que he hecho un buen trabajo, que no baje la guardia y que continúe así.
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Yo lo que quiero transmitir para este Nuevo Año es mi repulsa a los políticos por el poco dinero que destinan a los presupuestos sociales y la falta de recursos que eso implica para ayudar a los más necesitados; descargan sus conciencias pero es insuficiente para una sociedad en evolución. Mi gratitud a todos los profesionales que me han acompañado en este proceso para prepararme para la reinserción en la sociedad, a pesar de la incertidumbre, la inseguridad y la vulnerabilidad que lleva implícita esta tarea. Y quisiera dedicar a todos los compañeros de tratamiento una reflexión, poesía libre y/o ejercicio:
"Un nuevo día; vigila lo que haces y, cuando llegue la noche y sientas el infinito -que siempre ha estado el presente del amor en movimiento- expande el trabajo pisando la tierra. El agua se llevará tu barro, noche abierta regresa de lo invisible; borra de ti la palabra imposible, recupera el espacio que da origen al cambio; él borrará la ausencia de fe e ilusión y renacerá la vida con su incertidumbre y el comienzo del infinito amor."
Feliz Año Nuevo a todos, a los que hacen política, también.