Lo de Abascal, su resentimiento contra el partido político que le abrigó anulándole como a tantos otros jóvenes ambiciosos, sus vísceras en la mano, sus palabras perdularias, sus mentiras, tan repetidas y que funcionan muy bien en las redes sociales, puestas en tribuna parlamentaria evidencian su estulticia y la de aquellos que se las creen o que sin llegar a creérselas las difunden, y además le votan, porque estas acciones les permiten mostrar el propio resentimiento contra una sociedad como la española, cada vez más desigual. Lanzados los improperios y las descalificaciones, ¿cuáles son las propuestas? ¿Cómo superaremos tanta miseria?
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