Después de dos elecciones generales en menos de seis meses en las que la ciudadanía votó libremente y dijo en voz alta lo que quería, algunos poderes económicos, eclesiásticos, periodísticos y partidos políticos ultraconservadores se empeñan de una manera insensata en no aceptar el resultado. Estos poderes, más propios de una España en blanco y negro, se empeñan en poner piedras en el camino para que se de estabilidad de una vez a la nación y se forme un gobierno que comience las reformas y empiece a mejorar el bienestar de la ciudadanía.
Entretodos
Basta ya de engañar a la ciudadanía con falsos argumentos de ataque a la Constitución y de golpes de Estado inexistentes. Basta ya de utilizar a las víctimas del terrorismo para argumentar que la nación se deshace. Basta ya de demonizar a partidos que lo único que pretenden es la igualdad y el bienestar. La ciudadanía votó para que hubiese un gobierno que acabara con los privilegios de algunas entidades, que acabara con la reformas laborales que provocan precariedad, que acabara con los desahucios y, sobre todo, que acabará con la corrupción y el enriquecimiento impropio de los de siempre a costa del empobrecimiento de los más débiles.
Basta ya de inventar falacias para no dar la voz a la ciudadanía. No nos engañen; votamos racionalmente y con sensatez. Sabemos lo que queremos; por tanto, dejen que la ciudadanía tenga un gobierno ya. Es necesario para la democracia, para esa España de la que ustedes tanto hablan y para ser fieles a la Constitución.