Esa juventud a la que Ana Iris Simón no representa. En esta sociedad no todo es blanco o negro, sino que hay profundos matices (grises) en medio. El discurso de Ana Iris Simón puede gustar y encandilar, pero no convence a toda la juventud, ni nos representa. No convence porque no es necesario evitar con continuos ambages un posicionamiento político feminista, ecologista y progresista que es el que defiende un reparto equitativo (y verdadero) de recursos y oportunidades por territorios y, no menos importante, entre todos los ciudadanos por igual ¡y a largo plazo!
Entretodos
Mencionar toda la problemática de la juventud y no ahondar en las líneas que se trazan entre causas y consecuencias (políticas e históricas) es bastante superficial. Puedo estar de acuerdo en el tema que menciona, y empatizo, porque somos hijas del mismo tiempo, pero no puedo compartir la forma que da al contenido ni en el fondo de su mensaje (hablo únicamente de su discurso reciente porque no he tenido el placer de leer 'Feria').
Estos días sus palabras han sido un asunto candente en mi círculo cercano, y me he quedado aliviada al ver que no era la única que discrepaba de sus palabras, en los intercambios que hacíamos en Telegram o Whatsapp de su exposición. De todos modos, es de agradecer que alguien de esta generación, tan apaleada por las sucesivas crisis, pueda alzar la voz y tener repercusión en los medios. Es necesario. Pero tengan presente que ni la juventud ni los 'viejóvenes' somos un cuerpo homogéneo, sino una amalgama plural, que no es unívoca, y que no ha tenido miedo de posicionarse políticamente y llamar a las cosas por su nombre ni en el 8-M, ni en los 'Fridays for Future', por ejemplo. La tibieza política no es templanza.