Creo que todos nos acordamos de cómo era la la vida hace unos años, ya sea por haberla vivido en primera persona o por las historias que nos contaron nuestros abuelos. Muchos de ellos, lamentablemente, no pudieron asegurarse una formación en condiciones (académica, universitaria...) y por eso mismo, lucharon para que sus hijos y nietos sí pudiesen.
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Me pregunto qué pensarían hoy al ver a la juventud sobrecualificada, en paro, con voluntad y ganas de conseguir trabajo pero con pocas posibilidades de hacer milagros. Es deprimente ver como jóvenes aptos se quedan en la cola del paro después de haber terminado su educación, sin capacidad para seguir formándose o independizarse, mientras el gobierno insiste en favorecer a las empresas más que a los trabajadores. Normal que la gente no quiera votar de nuevo en estas elecciones, todos los candidatos parecen ser igual de útiles.