Aunque no sea nada nuevo, últimamente hemos podido ver cómo se ha cruzado la delgada línea que separa política y deporte, y cómo se crea y se empeora un conflicto que se puede evitar. El deporte debería mantener su espíritu de competencia sana y libre de polémicas.
Entretodos
Al margen de cual sea la ideología de cada uno, no creo que sea positivo que los clubes traten de abanderar causas políticas, especialmente las que son polémicas.
Hemos llegado al extremo en que la policía confisca camisetas amarillas, y en el que un club se adueña de una causa, sin tener en cuenta que todos sus seguidores no están de acuerdo con ella.
Quiero que los grandes deportistas me sigan haciendo disfrutar sin tener que relacionarme con ninguna ideología.