El Ministerio de Defensa de Israel va a subastar los materiales empleados en la construcción de una escuela de Ibzig, en Cisjordania, demolida el 2018 por no contar con autorización israelí. La escuela fue construida con fondos europeos, con aportación española. La misión de la Unión Europea en Jerusalén y Ramala condenó la demolición de las dos aulas de la escuela con capacidad para 49 alumnos de 6 a 12 años. "Cada niño tiene derecho a acceder a la educación y los Estados deben proteger, respetar y aplicar este derecho. Las escuelas son espacios seguros e inviolables para los niños", rezaba el comunicado de la Unión Europea.
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Las barbaridades cometidas por Israel contra los palestinos no tienen punto final. Sobre todo, cuando las víctimas son niños a los que se les niega el derecho a tener una escuela para recibir una educación que les forme como personas y les capacite para su inserción social y profesional. La noticia que expongo me ha sobrecogido después de haber dedicado mi vida profesional a la docencia, por lo que me rebelo contra todo maltrato infantil, sea del tipo que sea.
Los culpables de ese maltrato deben ser requeridos por la justicia y ser obligados a reparar el daño hecho. La respuesta de Israel ha sido de una falta de empatía absoluta con los palestinos al dar explicaciones inaceptables de esa actuación al hacerse el sordo ante los derechos humanos. Además, Israel rechazó ofrecer cualquier tipo de compensación porque alega que la escuela no contaba con autorización de la Administración Civil, cuyos responsables urbanísticos no suelen conceder licencias de edificación a los palestinos en el Área C de Cisjordania.