La red natural de protección que es la familia -con un número de miembros significativo- es cada vez más escasa en nuestras sociedades occidentales tecnológicamente desarrolladas y relativamente ricas, donde las familias monoparentales son cada vez más comunes. Un rasgo que favorece el individualismo como filosofía, debilitándonos.
Entretodos
Pongamos por ejemplo el maltrato a las mujeres que solo tienen como defensa denunciar a la policía porque se han apartado o no tienen familias a las que acudir, tienen, en muchos casos, que seguir viviendo con su maltratador por razones económicas y de posible desamparo a los hijos.
La policía no puede garantizar una protección total a la primera denuncia ni los servicios sociales puede ofrecer una vivienda y sostener todos los casos que no sean ya graves.
Por eso, y otros motivos, nuestras sociedades basadas en un individualismo que nos aísla, proclamando y prometiendo derechos con cargo al Estado, no puede suplir la fortaleza de una bien avenida familia. La educación es otro punto vital que la familia debe priorizar.