Hace unas semanas fui con el equipo de alevines -niños de 10 y 11 años- del club, como delegado a un partido en Badalona. A pesar de que estos días se están viralizando acciones lamentables en cuanto a respeto en el futbol, en especial entre padres y a veces hacia los propios jugadores, quiero confirmar estas denuncias porque en muchos campos como en el que estuve se intimida a los niños y hasta a los propios entrenadores.
Entretodos
¿De verdad es necesario llegar hasta el punto de faltar a unos niños? Tras ganar al equipo local, en los instantes finales, tuvimos que abandonar el terreno de juego entre gritos irrespetuosos. Pero como la vida misma, el fútbol también imparte justicia con el tiempo.