Leo que el Ayuntamiento de Barcelona baraja establecer un impuesto al 'e-commerce', en concreto a la actividad de reparto, para así promocionar el comercio de proximidad. Reflexión: ¿por qué no bajar o anular los impuestos municipales al comercio de barrio para que su estructura de gastos sea inferior y así poder ofertar precios más atractivos? Epílogo: imagino que el otro competidor del comercio de barrio (el 'top manta') está fuera del radar ideológico del Ayuntamiento y no se prevén impuestos para él.
Entretodos