El fin de semana pasado nos encontrábamos en Barcelona para pasar unos días de vacaciones. Mis hijos, seguidores del Barça, me pidieron si podíamos ir a verlo jugar contra el Espanyol. Me pareció una buena idea. Compramos unas entradas 'online' y el domingo fuimos a Cornellà en los Ferrocarriles de la Generalitat. Mientras nos acercábamos a los aledaños del estadio se oían cánticos contra el Barça muy malsonantes e intimidantes. Les dije a mis hijos que se guardasen sus bufandas del Barça, ya parecía que no éramos muy bien recibidos.
Entretodos
Entramos, tomamos asiento y por megafonía empezaron a enumerar a los jugadores del Barcelona. Alguien sentado cerca de nosotros se levantó para aplaudir a alguno de los nombres. De repente unos energúmenos se acercaron a él y empezaron a increparle y a empujarle, hasta tal punto que esa persona se tuvo que marchar. Mis hijos, no acostumbrados a todo esto, fueron presa del pánico.
¿Qué ha pasado en el fútbol? Uno va a pasar un buen rato y a disfrutar del partido. ¡Que gane el mejor!
Recuerdo ir con mi padre, de pequeño, al campo de Sarrià a ver algún derbi y uno podía animar a su equipo, dentro de un cierto límite, claro está, que para eso está uno en casa del otro, pero lo visto el domingo pasado es ciertamente triste.
*Lee aquí la respuesta de un seguidor del RCD Espanyol: "Cuando los pericos vamos al Camp Nou, no nos insultan, no..."