¿Hemos perdido la memoria? Efectivamente, esta es la pregunta que me hago al escuchar a Vox, y también me cuestiono si los jóvenes de hoy saben algo o han leído lo suficiente sobre la juventud de los que hoy sobrepasamos los ochenta. En general, me refiero a la historia de nuestro país y en concreto a la de los estudiantes que, a diario, frecuentábamos las aulas de la Universidad de Barcelona durante los años cincuenta. Una época políticamente nefasta en que la voz del SEU (Sindicato Español Universitario) era idéntica a la de Vox. Ambos discursos basados sobre ideas tomadas llanamente del credo falangista.
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Muchos de los estudiantes de aquel entonces luchamos sin cesar y con energía contra aquel discurso y, sin colapsar calles ni autopistas, pusimos las primeras piedras para derrotarlo y, al final, lo conseguimos. Por eso, ahora, al ver subir en votos a Vox (una extrema derecha con el mismo sabor y talante que la franquista) me deprimo, y me entristezco al pensar que todo aquello puede volver.
Dentro de muy poco, los que aún tenemos memoria, ya no estaremos, por lo tanto, es urgente remediar nuestro fallo, o sea, el no haber sabido explicar con todo detalle nuestro pasado a los jóvenes de hoy.