Leo en EL PERIÓDICO la existencia de pobreza infantil severa a nuestro alrededor. Es notorio que los hogares que la padecen forman parte del grupo que está en la cola de la distribución de la renta, que normalmente no está incluido en las muestras de las encuestas genéricas sobre desigualdad.
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Pero sí existe para los maestros y para los servicios sociales, por desgracia, y existe pobreza en el asfalto. Muchos ciudadanos la padecen y no nos enteramos; cantidad de niños asisten a las aulas sin haber desayunado y nadie dice nada.
La gran ciudad tiene magia y tristeza a la vez. Pienso que no debería haber ningún grupo en la cola, habiendo tantas administraciones como la Generalitat, los ayuntamientos y las diputaciones. De la pobreza infantil sobresalen las raíces del mañana.