La situación política de nuestro -vapuleado por unos y otros- país y sálvese el que pueda, pasa por una situación esperpéntica tanto social como económica, de valores, de ética y comportamiento en general que hay que atajar lo antes posible.
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Por eso hay que celebrar la predisposición del Partido Socialista Obrero Español en aceptar abstenerse para la investidura del todavía presidente en funciones Mariano Rajoy. Hay que agradecer que el PSOE tome esta importantísima decisión que, aún yendo en contra de muchos de sus políticos y votantes, va a beneficiar al conjunto de todos los españoles.
España necesita cuanto antes un gobierno que le de la estabilidad que está pidiendo a voces la ciudadanía. Los inversores nativos y foráneos y todas las instituciones que forman el tejido nacional. Sin olvidar las llamadas de atención de la “madre" Unión Europea.
Se entiende perfectamente la postura del PSOE en contra de la investidura de Rajoy, pero lo que no se puede es llegar a una terceras elecciones que tanto nos están perjudicando en todos los sentidos y llamando la atención de nuestros socios europeos y el resto del mundo. El nuevo gobierno que forme el PP estará flanqueado y vigilado por dos fuerzas políticas que piensan en español y que harán de gendarmes del futuro gobierno y que podrá hacer frente a otras formaciones e instituciones proclives al el derecho a decidir.