El día 15 de marzo mi hija viajaba por la mañana en metro. Llegando a la estación de Sagrada Família sufrió un desvanecimiento en el mismo vagón, donde fue asistida en el primer momento por los propios viajeros. En la misma estación llamaron a los Servicios Sanitarios que la trasladaron a un centro hospitalario.
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La razón de esta carta es mostrar mi más sentido agradecimiento, tanto a los pasajeros que la atendieron, al personal trabajador del metro y los propios sanitarios que la asistieron hasta el hospital. Muchas gracias a todos de corazón, y gracias por permitirme comprobar que aun podemos creer en el ser humano.