La labor del Banc de sang i teixits nos hace a todos los catalanes, sin ser conscientes de ello, el mayor regalo del que quizá no hemos sido conocedores: la posibilidad de disfrutar de la vida de nuestros seres más queridos.
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Al ver, en la habitación del hospital ,el 'gota a gota' de sangre que permitía a mi padre seguir viviendo, consideré que debía dar las gracias a esta institución, pero especialmente a todos y todas los que, siendo donantes anónimos, habéis posibilitado a mi familia disfrutar de su compañía hasta el desenlace fatal.
Por ello, quiero agradeceros a todos vosotros, y al personal médico y sanitario del Hospital General de Catalunya, vuestro altruismo y generosidad, que no tienen precio ya que nos conceden el patrimonio más importante: la vida.