Unos golpearon el avispero primero en Irak; otros, valiéndose de su estatus de poder religioso, estimularon el odio latente y aleccionaron a gente joven e ignorante, fácilmente manipulable por tanto, ofreciéndoles falsos paraísos si se aplicaban en la "santa" venganza. Para terminar con este delirio psicótico al que asistimos impertérritos, ahora el rey de Marruecos, hace también lo políticamente correcto en su país indultando a 15 salafistas, acusados de terrorismo.
Entretodos
Los políticos de aquí, mientras tanto, siguen fuera de juego, sin al parecer darse cuenta del problema que late en la raiz y poner todas las cartas sobre la mesa, tomando a continuación, y con determinación, al toro por los cuernos. Esto no puede estar pasando.