Todas las comunidades autónomas clamaban contra el mando único en su momento, llamando fascistas, dictadores y otras lindezas al Gobierno central.
Entretodos
Recuerdo en el Congreso a los partidos políticos negociando como trileros beneficios para sus intereses a expensas de la salud de los ciudadanos, mientras la oposición, que se supone responsable, dejaba al Gobierno solo ante todas esas hienas a sabiendas de que no dejarían caer el estado de alarma. De esta forma podían gritar a diestro y siniestro que el Gobierno prefería negociar con "golpistas o batasunos" (sus palabras, no las mías). "Traidores", llamaban al Gobierno que nos protegía ante una situación nunca vivida. Usaban su demagogia e hipocresía con el tiempo vivido antes de la pandemia.
Después, los gritos para recuperar las competencias y saltarse pasos de la desescalada, eran: “con nosotros habría menos muertos”, con la ruindad e irresponsabilidad que los caracteriza. Aseguraban que todos los requisitos requeridos para salir del confinamiento estaban más que cubiertos. Y salieron del confinamiento, con tres premisas muy sencillas que todos afirmaban tener más que cubiertas: sanidad primaria reforzada, test PCRs y rastreadores. Y los ciudadanos salimos con otras premisas muy sencillas: mascarillas, gel y distancia. Nos dijeron "salid a disfrutar", "moved la economía", pero bajo esas tres premisas. Y salimos como niños que se tienen que vigilar; nos desplegamos por los pueblos llenando de enfermedad lugares que no habían tenido ningún caso durante la primera ola, lugares tranquilos, sin muertos y que nosotros fuimos incapaces de proteger.