Quiero felicitar a nuestra alcaldesa, que, después de un duro entrenamiento y trabajo, ha conseguido coronar las siete cimas. Aunque en esta ocasión no ha necesitado mascarilla de oxígeno por la altura, ya que las siete cimas que ha coronado son las del despilfarro del dinero de los barceloneses. Después del dispendio en los bloques de hormigón amarillos, el pintado de calles con símbolos incomprensibles; los peligrosos postes en los carril bus y 'peñascos' en las 'autopistas' para bicis; la contratación de personas para cortar innecesariamente calles con la excusa de hacerlas peatonales los fines de semana; el aumento de gastos de personal en más de un 50% desde que llegó a la alcaldía; los millones que se gasta cada año solo en informes, ahora por fin hace las siete cimas gastándose casi 70.000 euros en una incalificable escultura para el distrito de Sant Martí que parece la jaula en la que nos tiene encerrados.
Entretodos
Pero ¿para qué ahorrar, si no le debemos dinero a nadie y no hay ninguna crisis económica? Además, en el peor de los casos siempre podemos poner nuevos impuestos ocultos en el recibo del agua y multar por cualquier cosa a nuestros ciudadanos.