Aprovechando que en la próxima edición de la Marató de TV-3 se tratará el tema, quería denunciar la situación que vivimos las familias con niños afectados de ictus.
Entretodos
Actualmente, entre 1 y 3 niños de cada 1.000 nacidos sufren un ictus. A estos datos hay que sumar todos los casos infantiles que no suceden en el momento de nacer. Porque, de hecho, esta patología es una de las causas más comunes por las cuales los niños y niñas pueden padecer daño cerebral adquirido. Sin embargo, todavía no existe un protocolo de actuación en caso de ictus infantil, y esto provoca que las consecuencias sean mucho más severas, lo que se traduce muchas veces como una negligencia a la hora de diagnosticar y de administrar medicación, o de atender a un niño o niña que lo está padeciendo.
Los niños de ahora serán los adultos de mañana. Nuestro futuro. En cambio, la gran mayoría de estudios se realizan cara a las personas adultas, dejando de lado a la población infantil.
Por otra parte, la atención que se recibe por parte de Sanidad es pobre. Los niños, una vez que son diagnosticados, son derivados a los Centros de Atención Temprana, que ni siquiera dependen del sistema de salud pública, donde les realizan una estimulación global y no específica, muchas veces hasta los cuatro años (aunque la ley dice que hasta los seis), y con un número muy escaso de sesiones.
La ausencia de un protocolo y el hecho de que estos niños no reciban una buena rehabilitación por parte de Sanidad, está causando déficits importantes en su salud y en su futuro.
Luchemos todos, afectados o no, por un protocolo de actuación para el ictus pediátrico. Porque cualquiera puede ser el caso de entre los mil.
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