La actual crisis económica, igual que sucedió con la del 2008, está agrandando la brecha entre los opulentos y la inmensa mayoría de la población. El empobrecimiento de la mayoría está siendo aprovechado por una minoría.
Entretodos
Hay plataformas que operan en nuestro país con grandes beneficios y apenas pagan impuestos. Hay grandes bancos que después de haber sido rescatados con los impuestos de los ciudadanos ahora se fusionan generando plusvalías y anuncian numerosos despidos. Hay muchas empresas cotizadas y grandes sociedades que tributan a un tipo real inferior a la media de las pimes.
Cuando muchas personas se han quedado sin trabajo, cuando muchos autónomos y pimes han tenido que cerrar sus negocios, cuando la tasa de paro juvenil no para de crecer y cuando se cuestiona el futuro de las pensiones, los responsables económicos deberían adoptar medidas para evitar que un pequeño segmento de la población se enriquezca a costa del resto. Los gobiernos deberían aplicar políticas impositivas progresivas, deberían poner coto a los paraísos fiscales, gravar a la economía digital y a las transacciones financieras que especulan con la economía real distorsionándola a su antojo. ¿A qué esperan? ¡Falta valentía fiscal!