Empieza la campaña electoral y los partidos políticos se ponen en marcha para conseguir votos, y para hacerlo, muchos no dudan en utilizar continuamente la mentira, el miedo, para así captar el indeciso, e incluso propiciar que no se vaya a votar -pues piensan que la abstención les puede beneficiar-.

Estos últimos días estamos viendo como la derecha y la ultraderecha son capaces de argumentar con falacias irracionales e insensatas opiniones y conclusiones, propiciando con ello que se aumente el miedo, la crispación, despertando y sacando a la escena electoral problemas que ya no existen y que tantas lágrimas causaron como fue el del terrorismo.

El señor Casado, de manera insensata, vuelve a sacar durante la campaña, para su rédito electoral, el terrorismo, e incluso utilizando la mentira de lo que nunca va a suceder. Los únicos que han pactado, y con una serie de puntos firmados, y rubricado con un partido de ultraderecha que no defiende los derechos humanos han sido ellos en Andalucía. Pero mentir, ser irracional e insensato, sale gratis, y según se ve en una campaña electoral, todo vale.

Pues bien, creo que no todo vale. Que la verdad es lo que debe primar. Que la falacia, la irracionalidad, y sobretodo la insensatez, debería estar penada, y que todo aquel político que la utilice debería ser apartado. Sólo espero que la madurez del pueblo sepa castigar a aquellos que hacen de la mentira su profesión y de la irracionalidad e insensatez su política.

El pueblo necesita de políticos honestos, humildes y que defiendan la libertad, la verdad y la convivencia, y no a aquellos que generen el odio, la crispación y se bañan día a día en la mentira. Ya queda poco, y el día 28 de abril el pueblo demostrará que la falacia electoral no sirve en la España del siglo XXI. Lo contrario sería volver a épocas pasadas que tanto dolor y sufrimiento han costado a miles de familias.

Somos libres y queremos ser libres, y para ello queremos verdad.