Guerra, pandemia, crisis energética… Los mandatarios se estrujan el cerebro para bajar la inflación debida a la guerra en Ucrania. ¿Solución? Subida de tipos, así cerraremos más el bolsillo, y a falta de demanda en el consumo bajarán los precios. Vale, entendido, a seguir crujiendo al de siempre. Es como si una mano negra jugase a las canicas con nuestro planeta y decide que somos muchos y hay que dejar espacio.
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Volvemos a estar como hace 60 años, con la crisis de los misiles en Cuba, el momento DEFCON 2 más grave de la historia. Vamos a hacer una comparativa con la guerra de Putin. A finales de los años 50, EEUU instaló misiles nucleares en Italia y Turquía apuntando a Moscú. La Unión Soviética reaccionó queriendo instalar lo mismo en Cuba. La crisis se solucionó y nos la vendieron como un gran logro en la negociación de Kennedy, pero lo que se callaron era la promesa de que EEUU iba a desmantelar los misiles de Turquía (esperaron seis meses sin decir ni pío al pueblo americano).
Ahora ha ocurrido algo muy parecido: EEUU llevaba tiempo calentándole la oreja a Zelenski para que Ucrania ingresara en la OTAN. Putin lo vio como una amenaza (igual que le pasaba a EEUU con Cuba), y jugó sus cartas desplegando su ejército, pero como nadie se quería bajar del burro… Putin ya sostuvo su farol hasta las últimas consecuencias. ¿Y ahora qué? ¿Cómo terminará esta pelea de gallos? Lo mejor sería dejarle a Putin una salida digna, o eso, o la Tercera Guerra Mundial. Y recemos para que no caiga 'por error' un misil ruso (o de falsa bandera), en algún país vecino perteneciente a la OTAN.