España no es un país maduro. Es una sociedad sumida en un trastorno de estrés postraumático desde 1939, agudizado por una dictadura de 36 años y no tratada en una transición política.
Entretodos
Continúa subyugada a los que llevan toda la vida maltratándola. Se ha acostumbrado a esta situación degradante y a tener miedo a saber qué ocurrirá si sale de este círculo.
No ha habido una apertura desde 1975. España solo ha abierto un poco la ventana, pero no ha habido una entrada de aire fresco que renueve el ambiente político de este país.
El tufo sigue, las nuevas ideas no entran y se corrompe el aire del país, con el consiguiente riesgo de que al final muramos asfixiados.