En España se disputan dos campeonatos de fútbol profesionales de Liga, el de Primera y y el de Segunda División. Ambos forman lo que se denomina Liga Profesional de Fútbol, y está presidida por el inefable Javier Tebas.
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En Primera División, los tres últimos clasificados descienden a Segunda, pero de ésta no ascienden, como sería lo lógico, los tres primeros clasificados, solo dos ascienden automáticamente. El tercero, por obra y gracia de la decisión de algún iluminado, tiene que cumplir la penitencia de jugar un 'play-off' con los tres clasificados que van por detrás de él.
La Liga de Segunda consta de 42 jornadas. Todos, dentro de sus posibilidades económicas, tienen la opción de subir a la categoría de honor. ¿Por qué el tercer clasificado tiene que sufrir el escarnio y la insensatez de tener que volver a demostrar su valía y enfrentarse de nuevo (una vez finalizado el campeonato) a aquellos tres que quedaron por detrás?
¿Cuál es la causa de esta discriminación deportiva? ¿Quizá el interés económico de disponer de más partidos de fútbol por parte de la Liga Profesional, y después venderlos a las plataformas televisivas? Tal vez lo que falta es capacidad e inteligencia para desempeñar los cargos. Y así nos va en el fútbol, y en el país.