Si decía Epiteto que solo el educado es libre, mucho me temo que la generación Z vivirá engrilletada. La pandemia de titulitis aguda no está permitiendo al individuo ignorar colores y generar una actitud crítica propia, empujándole a aferrarse a unas siglas antes que caer al vacío del pensamiento crítico. En el futuro, solo los educados de verdad, los que conozcan a Ortega, a Cervantes, a Lorca serán ciertamente libres.
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Lástima de los que solo conozcan a tronistas e influencers o sean esclavos de un discurso impuesto, pues su mente no podrá ir más allá, estarán encerrados. Lo más triste es que esto es lo que se ha buscado con una perfidia deliberada desde arriba, aminorando la importancia de la filosofía y las letras, creando máquinas que engullen fotocopias y las vomitan en el examen sin pensar, sin reflexionar.
El objetivo es este: contagiarse de titulitis, y cuanto más enfermo estés, cuantos más másters y cursos en Harvard tengas, mejor. Da igual la calidad de tu tesis o cuánto hayas copiado de un trabajo, lo relevante es poner una línea más en el currículum. Lo que más me duele es que nací en el 1996 y no sé si habrá más Ortegas, Cervantes y Lorcas en el futuro. El siglo XXI está lejos del de Oro y la generación Z estamos a años luz de la del 98 o la del 27.