Es curioso cómo el poder tergiversa la realidad y cómo se manipula la información para que tengamos una memoria selectiva. No somos capaces de tener una visión clara de lo que le ha pasado a España en estos 30 últimos años: cómo es posible que el trabajador asalariado se haya empobrecido tanto.
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Lo que no sabemos es que el principal responsable de la situación actual son los sucesivos gobiernos democráticos desde el primero -y último- realmente honesto: el del Suárez. Y digo esto porque la causa de la burbuja inmobiliaria que nos ha arruinado y empobrecido a todos los obreros asalariados está básicamente en dos medidas políticas fundamentales: primero fue la liberación del precio del alquiler, que permitió que estos fuesen tan caros como hipotecarse por vida -el precio medio del alquiler era igual o mayor al que pedían por comprar la vivienda-.
La segunda medida, fundamental para endeudar a toda la población sin fortuna fue la de quitar del cálculo del IPC la compra o alquiler de la vivienda. Con esto, el mayor gasto obligatorio y necesario de cualquier familia, la vivienda, no repercute en la subida del salario. Por eso la vivienda se pudo encarecer un 50% anual desde 1990 al 2007, hipotecando y arruinando a todos los trabajadores que se quedaron sin trabajo.
Para más inri, las dos medidas las tomó un ministro de Economía socialista: Miguel Boyer. Y ahora se ve que no han tenido suficiente, y vuelven con la burbuja turística.